domingo, 14 de diciembre de 2008

De Seda




Han vuelto las mariposas.

O quizás no hayan vuelto, simplemente han llegado.



O sólo están aquí porque acaban de mutar,
creando en el oscuro y sedoso exilio sus vistosas alas.


Hay miles de ellas. En todas partes.

Y no sólo están en el aire, también dentro de mí.
Y por eso creo que ayer, tal vez, comí gusanos...



(¿te apetece un puñadito?)